
BOLIVIANOS DUERMEN EN EL LICEO INDUSTRIAL A LA ESPERA DE VOLVER A SU PAÍS
A primera hora del día, los 355 ciudadanos extranjeros -la mayoría bolivianos- que fueron albergados por el gobierno en el Liceo Industrial de Antofagasta despertaron para tomar desayuno. «Estamos más tranquilos, ya más seguros porque teníamos miedo de contagiarnos en el terminal de Antofagasta, porque es un lugar público donde llegan muchas personas», contaba ayer Jorge Corpus, uno de los bolivianos que esperan una gestión de su gobierno para poder volver a su país, y que viene desde Melipilla trepando por Chile para llegar ala patria. El martes, decenas de buses con bolivianos que venía del sur fueron regresados en la aduana El Loa, impedidos de seguir hacia Tarapacá.
Tras regresar a Antofagasta, la gobernación y las Fuerzas Armadas se pusieron de acuerdo para conseguirles un lugar donde dormir. Al principio iban a ser dos liceos, pero se optó por el Industrial. Los choferes del TransAntofagasta y de Pullman San Luis también pusieron su granito de arena y los trasladaron en la noche a su hogar transitorio. La solidaridad se hizo sentir de todas partes: desde las Juntas de Vecinos del sector, a personas que se han contactado para cooperar con ellos. Han tenido comida e incluso les sirvieron chocolate caliente.
Un empresario boliviano que reside en la ciudad con una empresa de sanitización, apoyó con ese trabajo en el lugar. En el Industrial, detalló ayer la gobernadora Katherine López, los bolivianos tendrán resguardo médico y serán visitados por profesionales de la seremi de Salud para que tengan los controles correspondientes. Ayer se les tomaba la temperatura. «Nosotros queremos que ellos puedan cumplir su sueño de volver a Bolivia, de estar con los suyos», dijo. «Les pedimos que hoy los cuidemos, los mantengamos bien, hay mucha preocupación por ellos, pero estamos como autoridad coordinando y dando la mayor cobertura a las necesidades que ellos tienen».
UN ALBERGUE
El general a cargo de la Defensa Nacional en la región, José Miguel Aguirre, dijo que se pensaba en tres albergues, pero se optó por este, por tener mayores dimensiones y mayor capacidad de distanciamiento en las mismas salas. Con respecto a la «descoordinación» que se aludía ayer, el general dijo que se está siempre pensando en el bien de las personas, y que finalmente se opta por la mejor decisión.
«El resultado es que tenemos a estos 355 bolivianos en un albergue, en el cual ellos mismos se están apoyando, hacen sus camas, ayudan con el aseo», señaló. Víctor Flores, encargado de la oficina local de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también estuvo ayer en la visita. El profesional señaló que buscan contribuir para atender situaciones humanitarias que se producen en el contexto de la movilidad de las personas. En ese sentido, la OIM gestionó un hotel transitorio para dos familias que tienen niños pequeños. Durban Mascaya es uno de los bolivianos que está con su familia -su esposa, sus dos hijas y sus dos nietos- en un hotel. Vienen desde Paine, donde trabajaba en la temporada de cosecha de uvas y duraznos.
Se ha podido contactar con su familia en la zona del Beni para contarles cómo están las cosas por acá. «En realidad no esperábamos esto nosotros, pero como ya se nos atravesaron las cosas, no podemos ir ni para adelante ni para atrás», dice. Sin embargo, el trabajador dijo que han estado bien gracias a la solidaridad y la acogida. «Estamos agradecidos de este pueblo que nos está dando la ayuda que necesitábamos», dijo el ciudadano extranjero.